En un mundo globalizado y competitivo, la innovación es clave para la supervivencia de las organizaciones, permitiendo crear nuevos productos, mejorar procesos y explorar nuevos mercados esenciales para su crecimiento.
En la actualidad, las organizaciones están inmersas en un mundo globalizado donde la competencia es cada vez más feroz. Es por esto que factores como la innovación juegan un papel fundamental en la supervivencia organizacional y permiten generar nuevas capacidades hacia la creación de productos o servicios, mejoras organizacionales o incursión en nuevos mercados.
En este sentido, en los sistemas de innovación, los procesos de vigilancia tecnológica son fundamentales para estar atentos y actualizados en varios aspectos externos a la organización, como el mercado, tecnología, técnicas y nuevos competidores, entre otros.
Según la norma UNE 166006:2018 Gestión de la I+D+i: Sistema de vigilancia e inteligencia, la vigilancia tecnológica es “un proceso organizado, selectivo y permanente, de captar información del exterior y de la propia organización sobre ciencia y tecnología, seleccionarla, analizarla, difundirla y comunicarla, para convertirla en conocimiento para tomar decisiones con menor riesgo y poder anticiparse a los cambios.”
El objetivo de un proceso de vigilancia tecnológica es identificar oportunidades y amenazas provenientes del entorno, que puedan incidir en el futuro de una organización. Según la Asociación Española de la Calidad, un buen proceso de vigilancia tecnológica permite a la organización dar respuesta a múltiples preguntas, entre las que se encuentran:
De acuerdo con el Observatorio Virtual de Transferencia de Tecnología, son múltiples los resultados que se pueden obtener en la organización al implementar estas prácticas empresariales y pueden generar ventajas competitivas a partir de una óptima gestión de la información científica y tecnológica. Entre estos resultados destacan:
La vigilancia tecnológica es uno de los procesos más importantes en los sistemas de gestión de la innovación. La aplicación de este proceso requiere establecer una ruta de seguimiento con los siguientes pasos: planeación, seguimiento, medición, análisis y mejora, en el cual se determinen las acciones necesarias para optimizar su desempeño.
En conclusión, un proceso de vigilancia tecnológica genera los insumos necesarios para la toma de decisiones acertadas en la organización, apoyando una cultura organizacional atenta a su entorno, las tendencias que marcan la ruta del mercado y la creación de competencias y capacidades hacia la innovación.
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